Te dejo los honores Nell...

Me ha dado permiso

Primero decir que se saltó una de las principales reglas de las salidas fotográficas "NUNCA SALIR SÓLO" y menos de noche.
Para aquellos que no conozcan a Manuel, decir que cómo quiera hacer una fotografía no para hasta hacerla, y yo he sufrido en mis propias carnes los efectos secundarios de ir a la ubicación concreta, me ha tocado andar saltando charcos, metiéndome entre toxos, subir a una gran roca en la playa con el frío de la noche o caminar durante bastante tiempo, a veces a horas intempestivas.
El día en cuestión Manuel se fue a una zona de rocas complicadas al atardecer, en busca de la hora azul y el momento en que la luz era la ideal.
Aquí veis el inicio de la playa y lo que había debajo del agua.

Se fue adentrando buscando buena ubicación, saltando entre piedras, y le tocó esperar un buen rato hasta que el cielo casi quedó sin luz para hacer esa preciosa seda. Una vez satisfecho se dispuso a volver pero... la marea subió más de la cuenta y ni siquiera era posible ir por la parte alta de las rocas así que no le quedó otra que recoger todo el equipo meterlo en la mochila, quitarse los pantalones y luciendo calzones, meterse en el agua congelada tanteando con el trípode la profundidad de donde tenía que ir poniendo los pies.
Subió las escaleras y nada más llegar a la parte alta se encontró con un coche aparcado con personas dentro, por suerte la parejita estaba bastante entretenida y poco reparó en alguien que en plena noche paseaba en calzoncillos.
¡¡Hacer una foto es apretar un botón!!

Esta fotografía ha costado unos kilómetros de viaje, unas cuantas horas, tiempo subido en rocas y un buen remojón. ¿Compensa? Seguramente para muchos no pero para otros muchos os aseguro que sí.