Uso los descartes de cherry como alimento vivo para los peces del comunitario. Escalares, apteronotus y barbos se lo pasan en grande.
La cuestión es que cada agosto aprovecho para remodelar la urna, y al desmontar las rocas me aparece alguna gambilla superviviente. Se podría pensar que las afortunadas son pequeñajas, descoloridas o transparentes, que consiguen camuflarse.
Pues no. Siempre son las más coloridas, rojas como tomates y enormes. Una paradoja. Tal vez a los peces les inquietan los colores demasiado vivos. Sea como sea os dejo una foto de la superviviente de este año. Una afortunada que ha sido amnistiada y volverá al gambario de las cherries. Ya tiene una aventura que contar a sus amigas.
