Toco agua, leche y aceite
Y demasiadas veces el botón de la cámara, porque cada fotografía lleva demasiados disparos fallidos. Aún utilizando un gotero conectado a una cámara, toca probar velocidad, tamaño de cada una de las gotas y cuando parece que ya está, a base de tropecientos disparos, toca cruzar los dedos y tener suerte para que las gotas te regalen algo bonito. Mis sesiones no bajan de 400-500 disparos y de cada una se aprovechan muy pocas fotografías.