Después de tanto oir hablar de la noche de San Juan coruñesa había que aprovechar que era festivo al día siguiente para acercarse a difrutar de esta famosa fiesta.
La falla presidía una playa llena de gente y de niebla.
Horas antes el Ayuntamiento repartía madera para que cada uno pudiera hacer sus pequeñas hogueras, por lo que había largas colas para recogerla.
La espera era amena entre cervecitas y barbacoas que llenaban de humo y diversos olores la playa.
A las doce de la noche los fuegos artificiales adornaron el cielo.
En cuanto terminaron los fuegos la falla ardió y empezaron a encenderse las pequeñas hogueras.
La calidad de las fotografías no es buena, la niebla primero y el humo después, hacían casi imposible hacerlas pero quería dejar una pequeña muestra para que el año que viene os animéis los que no habéis ido ningún año. Merece la pena!!