Acuario Norte

 
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Autor Tema: Los invasores de la cantera fantasma  (Leído 5966 veces)

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11-Septiembre-2015, 20:31
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Foto: RAMÓN LEIRO Los cangrejos americanos proliferan en una laguna en Agudelo, en Barro, formada por la acumulación del agua de la lluvia.

Los cangrejos rojos americanos colonizan un antiguo yacimiento de xabre en Agudelo, en Barro

Una cantera abandonada que la lluvia convirtió en una inmensa laguna. Un silencio sepulcral. Centenares de ojos observando los movimientos de los pocos intrusos que conocen este fantasmagórico y recóndito paraje de Barro y que se atreven a visitarlo. Podría ser el inicio de una película de terror, pero son las consecuencias de la actividad industrial.

Un antiguo yacimiento de xabre en Agudelo que hace dos décadas trabajaba a pleno rendimiento es ahora una laguna en la que proliferan unos conocidos invasores de los ríos y embalses españoles, el cangrejo rojo americano.

Un rápido paseo por la orilla de este estanque, que supera el millar de metros cuadrados, basta para descubrir a varios ejemplares de este indomable crustáceo, que no duda en presentar batalla a cualquiera que se atreva a cazarlo. Sin embargo, su bravura y habilidad con su única pinza no son armas suficientes para hacer frente a sus hambrientos depredadores. Gaviotas, zorros y humanos se han especializado en la captura del cangrejo y los restos de estas encarnizadas batallas quedan patentes también en la orilla de la laguna, donde yacen los americanos más débiles.

Nadie sabe cómo han llegado a este lugar, pero se han adueñado de él. Y muchas personas lo celebran, pues son varios los vecinos que acuden a menudo al lago para tratar de hacerse con un puñado de cangrejos con los que aderezar sus arroces o preparar un variado salpicón. No obstante, otros barrenses tienen más reservas. «En esas aguas estancadas, yo no me fiaría mucho», confiesa un vecino al ser cuestionado si se atrevería a comerlos.

La presencia de estos invasores, que en otros lugares han acabado con los cangrejos de río autóctonos, ya fue puesta en conocimiento de las autoridades medioambientales de Galicia por parte del Concello. Sin embargo, el rápido despliegue de este crustáceo por toda la geografía gallega le ha servido a estos americanos para desprenderse de la etiqueta de invasores, por lo que ya no son perseguidos.

Sí que están preocupados en el Concello por la seguridad en esta vieja cantera, a la que se llega a través de un camino de tierra desde el polígono industrial de Curro. En el Concello sondean instalar una red en el perímetro, para evitar posibles caídas.

Fuente: La voz de Galicia